miércoles, 15 de febrero de 2012

Cementerio de TULCAN

Es una de las realizaciones técnicas mejor acabadas, sus delicadas y bien formadas esculturas talladas en ciprés lo vuelven un espacio imprescindible para la meditación y contemplación. Este museo infinito de silencio de significativa belleza ha sido reconocido a nivel nacional y mundial.
Sus figuras tienen variadas formas representativas de la flora y fauna del Ecuador y de las culturas romanas, griega, inca, azteca y egipcia, divididas en dos zonas: la primera ubicada en la parte frontal del cementerio, conocida como “Parque de los Recuerdos” y la segunda ubicada en la parte posterior, bautizada con el nombre de “Altar de Dios”.
Sus primeros árboles fueron sembrados por Don José María Azael Franco Guerrero, cuando ocupaba el cargo de Jefe de Parques del Municipio de Tulcán; la tierra calcárea del lugar favoreció el implante del ciprés, en donde a partir del décimo año de vida de cada árbol, fueron conformándose las figuras de acuerdo a los ideales e imaginación del autor.
El 28 de mayo de 1984, la obra fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, siendo el continuador de esta arquitectura el hijo del creador, Benigno Salvador Franco Carranco, quien ayudó desde su infancia a su padre en los trabajos de ornamentación.

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